Feliz. No cumpleaños.

Y a mí, que siempre me ha dado igual todo esto de que resulte que haya un día en que se cumplan años. Y peor aún, que resulte que haya un día en que se cumplan años y eso tenga que ser especial.

Como si no fuera mucho más importante cumplir sueños todos los días.

Promesas.

Fantasías encima de la mesa. Y debajo de.

Una absoluta estupidez lo de los cumpleaños, digo. Lo de que hay que estar contento porque lo manda el guión, lo de regalar cosas por obligación. Y luego nadie sabe nunca qué comprar. No somos conscientes de las mierdas que regalamos a veces, porque había que hacer un regalo. Toda esa gente que no se acuerda de ti en todo el año y luego va y te llama. O peor aún, te escribe. Hipocresía en papel satén. Una excepción para la que no hay reglas, pero todo el mundo las sigue.

Y a mí, que hoy me he encontrado pensando en cómo hacerte sonreír. Un poco más. Sólo porque es tu cumpleaños. Digo.

Como si no me cumplieras sueños todos los días.

Promesas.

Fantasías encima de la mesa. Y debajo de.

Ti.

No te voy a decir felicidades.

Pero igual sí que intento hacerte feliz.