Me voy a acordar siempre:
Tendría algo así como ocho años y salíamos del coche, estábamos a punto de subir a casa. Yo intentaba explicarle que lo que nos acababa de decir no era cierto; en el colegio nos lo habían enseñado al revés. Recuerdo que se paró a pensarlo un momento. Nos miró a través de aquellas gafas de cariño inmenso (a la enana de seis años de mi hermana y a mí), y dijo: "tienes razón, Carlos; los adultos también nos equivocamos algunas veces".
Mi padre.
Le faltó decir "tú también vas a poder seguir equivocándote toda la vida".
Mi padre.
Creo que en cierto modo fue lo que dijo.
Tendría algo así como ocho años y salíamos del coche, estábamos a punto de subir a casa. Yo intentaba explicarle que lo que nos acababa de decir no era cierto; en el colegio nos lo habían enseñado al revés. Recuerdo que se paró a pensarlo un momento. Nos miró a través de aquellas gafas de cariño inmenso (a la enana de seis años de mi hermana y a mí), y dijo: "tienes razón, Carlos; los adultos también nos equivocamos algunas veces".
Mi padre.
Le faltó decir "tú también vas a poder seguir equivocándote toda la vida".
Mi padre.
Creo que en cierto modo fue lo que dijo.
Varias cosas:
ResponderEliminar>Siempre es más un 'gracias' que un 'felicidades'.
>Yo nací en miércoles, y eso me encanta. Es el día olvidado o algo así, el que siempre levanta la mano en clase porque tiene mil preguntas y por eso parece que moleste. El que no se calla. El que pareciera que incomoda.
>Eso fue 1997?
(tienes una puntería maravillosa, Irene)
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