Te odio










Quiero que lo leas otra vez, pero ahora con una sonrisa:



Te odio.



Algo así, como se odia a las estrellas en las noches nubladas de una ciudad sin noche. Algo así, como se odia el mar cuando hace meses que no lo has visto. Algo así. Como las fresas en invierno, como las mandarinas cuando no hay mandarinas. Como el chocolate cuando te castigaban sin poder comer chocolate. 

Te odio, en serio.

Como debe de odiar el agua alguien en pleno desierto. Como debe de odiar el sol aquel que se pierde en una cueva. Como no deber nada. Pero querer, con todas tus fuerzas. Te odio como se odia la cama cuando tienes sueño. Como se odia el calor cuando tienes frío. 


Tiritando. 


Y sin saber dejar de sonreír.
Quiero que lo leas otra vez, pero ahora con un "te echo de menos" cada vez que diga "te odio".












4 comentarios:

  1. Ojalá alguien odiándome así. Yo creo que tú eres capaz de hacer aparecer agua en el desierto.

    Bonito texto y bonito tu, joder. :)

    Un abrazo!

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    1. Yo creo que en los desiertos jodidos de verdad lo que falta no es el agua, y por eso dan más miedo.

      La sonrisa de ahora la has hecho bien bonita. Gracias por venir.

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  2. Sigo pensando que sobrevaloras las sonrisas. Sonreír no es nada. Ser capaz de sentir todo eso, sí.


    :*

    M.

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    1. Hay noches que me da por pensar que las sonrisas son los post-it de los sentimientos, M.

      Y yo ahora he sonreído, que a veces nada es mucho.

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